El Síndrome de Dilatación–Torsión Gástrica (SDTG) es una patología muy grave en la que el estómago de nuestro perro da la vuelta sobre sí mismo y se llena de aire como un globo. Es una urgencia médica en la que se debe actuar de forma inmediata, en la que prevalece la estabilización del paciente y cirugía posterior.
¿CÓMO OCURRE?
Lo que sucede cuando el estómago se retuerce de esta forma,
Así, se taponan tanto la vía de entrada como la de salida, lo mismo sucede con los vasos sanguíneos que lo nutren. Así, tenemos un estómago que se esta llenando de aire por la producción de gas de las bacterias; y no le está llegando sangre para oxigenarse.
Es por esto por lo que se debe actuar con la mayor rapidez posible, para minimizar la muerte de las células del estómago y el resto de órganos que pueden verse comprometidos, como es el caso del bazo.
Este desequilibrio en la circulación de la sangre puede acabar produciendo un shock además de otras patologías derivadas como arritmias cardíacas por ejemplo.
¿A QUIÉN AFECTA EL SÍNDROME DE DILATACIÓN-TORSIÓN GÁSTRICA?
Son varios los factores que predisponen a nuestros perros, en general las razas grandes de tórax amplio y vientre recogido (como el galgo o el gran danés) son los que más posibilidades tienen de tener el Síndrome de Dilatación–Torsión Gástrica.
Otros factores que influyen son:
- Actividad física después de comer grandes cantidades de alimento.
- Beber grandes cantidades de agua y/o muy fría después de ejercicio intenso.
- Ingestión de cuerpos extraños como juguetes o ropa, de alimentos de dificil digestión, etc.
- Además de la edad, una baja condición corporal (delgadez), antecedentes familiares e historia clínica previa, si nuestra mascota ya ha tenido una torsión es más fácil que esto ocurra una segunda vez.
¿CÓMO LO IDENTIFICAMOS?
Reconocer a tiempo los síntomas y acudir cuanto antes a la clínica es crucial para reducir al máximo las consecuencias de esta urgencia.
Normalmente lo que observamos es que jugando con nuestro perro, tras haber comido, de repente se queda muy quieto, empieza a salivar y a respirar con dificultad. Además tendrá arcadas o vómito no productivo y podremos observar como sus encías se vuelven de color pálido. También veremos distensión abdominal y nerviosismo.
¿QUÉ HACEMOS SI SUFRE DTG?
Lo primero que tenemos que hacer es avisar a nuestro veterinario y acudir a él inmediatamente. Ésta es una emergencia que requiere estabilización y cirugía, que tiene un mal pronóstico y muchas complicaciones asociadas. Requiere de un gran esfuerzo clínico y económico.
El animal permanecerá hospitalizado hasta que veamos que puede alimentarse por si mismo y las posibles complicaciones están solucionadas.
¿CÓMO PREVENIR?
Como se suele decir: es mejor prevenir que curar. Lo que tenemos que hacer es evitar que los factores mencionados anteriormente se cumplan, podemos por ejemplo:
- Dividir la ración de comida de nuestro perro en 2 o 3 veces al día si es posible para evitar empachos.
- Si no fuese posible, podemos darle la comida por la noche justo antes de irnos a dormir y tras el paseo.
- Evitar grandes cantidades de agua de golpe y que esta no esté muy fría.
- También existen comederos antivoracidad que ayudan a que coman más despacio.
- Si vuestro perro es como una aspiradora, no le dejéis a su disposición objetos o alimentos que no debería comer, especialmente si se va a quedar solo.
- Y sobre todo, con el estómago lleno toca descansar.
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